Los clientes querían anular un antiguo camino que ocupaba el extremo de la parcela y aprovechar para ubicar ahí una piscina para nadar con vistas a la sierra de Madrid
Para no excavar el camino de hormigón, se aprovechó como el suelo de la piscina, la plataforma de la piscina se elevó lígeramente en el extremo más alto del camino y se mantuvo el nivel, llegando a conseguir un denivel de unos 2m en sus 20m de recorrido.
De esta manera la piscina desde el jardín  parece una alberca, idea que se refuerza con el muro de piedras y mallazo, de la arquietctura rural. El espacio que salió debajo de la plataforma de la piscina se aprovechó para ubicar el baño, un vestidor y un cuarto para las cosas del jardín. En el espacio que quedaba entre la piscina y la vivienda se ubicó un comedor exterior con barbacoa, todo ello fabricado en chapa de hierro.
Para la plataforma se utilizó piedra caliza, material que recuerda a la arena de playa, para el interior de la piscina mármol de macael blanco, material aséptico que se utilizaba en las termas romanas y que refleja el cielo consiguiendo un tono de agua azul celeste.