Desarrollo del proyecto básico y de ejecución para un mercado ecológico bajo el nombre de "El Huerto de Lucas"
El programa se fue definiendo poco a poco, a medida que, junto con el cliente, fuimos estudiando la normativa. Consistía en un pequeño supermercado, una panadería, puestos para frutería, carnicería, charcutería, y demás puestos, todo ello conviviendo con la cocina y el espacio donde degustar todos los productos bien del restaurante, bien de los puestos. Además la construcción tenía que ser libre de tóxicos, sostenible y ecológica en la medida de lo posible.
Planteamos así una gran plaza central, en el espacio de la nave, donde se colocaría la zona de degustación, de manera flexible, con los puestos distribuidos de forma perimetral, la cocina sería un puesto más que ocuparía el espacio equivalente a dos puestos. El supermercado, la panadería y resto de programa, se distribuyeron en el resto de espacios en torno al acceso. Los puestos quedaban delimitados con mobiliario de obra en azulejo, y llevaban unos techos de madera, imitando los puestos de los mercados tradicionales, con un posible cierre en el mismo material. En el espacio central se planteaba abrir un gran lucernario y en el suelo se proponía un adoquinado rústico, todo ello para potenciar la sensación de plaza polivalente.
El programa se fue definiendo poco a poco, a medida que, junto con el cliente, fuimos estudiando la normativa. Consistía en un pequeño supermercado, una panadería, puestos para frutería, carnicería, charcutería, y demás puestos, todo ello conviviendo con la cocina y el espacio donde degustar todos los productos bien del restaurante, bien de los puestos. Además la construcción tenía que ser libre de tóxicos, sostenible y ecológica en la medida de lo posible.
Planteamos así una gran plaza central, en el espacio de la nave, donde se colocaría la zona de degustación, de manera flexible, con los puestos distribuidos de forma perimetral, la cocina sería un puesto más que ocuparía el espacio equivalente a dos puestos. El supermercado, la panadería y resto de programa, se distribuyeron en el resto de espacios en torno al acceso. Los puestos quedaban delimitados con mobiliario de obra en azulejo, y llevaban unos techos de madera, imitando los puestos de los mercados tradicionales, con un posible cierre en el mismo material. En el espacio central se planteaba abrir un gran lucernario y en el suelo se proponía un adoquinado rústico, todo ello para potenciar la sensación de plaza polivalente.