La clienta es una joven cocinera que nos propuso el reto de convertir una cocina y un salón convencionales en un espacio unificado que pudiera usar para impartir cursos de cocina, o para recibir a un gran número de invitados. 
Decidimos abrir la cocina al salón, pero con la posibilidad de poder cerrarla mediante una enorme puerta corredera que oculta detrás una alacena. Una puerta corredera que tanto abierta como cerrada funciona como frente y como una ventana, tanto al mundo de la cocina, como a las privilegiadas vistas exteriores de la vivienda dando al Monte de El Pardo y a la Sierra Norte de Madrid. 
Los muebles de la cocina de acero inoxidable diseñados a medida, los utensilios colgando a mano, la cocina de gas y la campana industrial hacen sentir a la dueña en su propio restaurante. 
La mesa de la cocina se puede desplazar para los diferentes cursos de cocina o para poder sentar hasta 12 personas colocándose a continuación de la mesa del comedor. La reforma se completó con la decoración del salón con muebles a medida: alacena, estantería, mueble para la televisión y banco mirador alrededor de las ventanas. El resto de mobiliario se escogió en Despacio Concept Store.