La vivienda que nos encontramos, estaba muy compartimentada, con zonas muy oscuras, mucho pasillo, entrada de servicio independiente…los problemas clásicos de las viviendas en Madrid.
Para ajustarla a las necesidades del siglo XXI, tuvimos que tirar todos los tabiques y reubicar todos los elementos.
En el centro de la vivienda dejamos un gran espacio diáfano, salón, comedor y cocina, buscando destinar el mayor espacio posible a las zonas comunes, y únicamente aislar las habitaciones, que solo se utilizan para dormir.
Los clientes, una pareja joven, necesitaba distanciar lo más posible dos usos incompatibles que coincidían en el tiempo, la afición a la música de uno de ellos, con las horas de sueño del otro. Planteamos así dos habitaciones gemelas y en los dos extremos de la vivienda, la habitación del sueño y la habitación del ruido, ambas aisladas acústicamente. Y por otro lado la habitación de invitados, todas muy limitadas en tamaño.
El mobiliario hecho a medida se convirtió en parte importante del proyecto, por ejemplo, en la cocina que se hizo toda ella a medida, se diseñó un enorme mueble que unía encimera, alacena y una puerta corredera, los clientes querían que la cocina fuera muy abierta, pero que se pudiera cerrar ocasionalmente, se planteó así una enorme puerta corredera de madera pintada de pizarra, que ocultaba una alacena cuando estaba abierta.
Para separar de algún modo el salón del comedor, se diseñó una estantería de hierro y madera de suelo a techo, con un carrito para poder mover la tele puntualmente. 
En la habitación, en el vestidor y el baño se hicieron todos los muebles a medida, un mismo mueble empieza siendo tocador, luego armario y luego la encimera del baño, todo continuo.